No es fácil encontrar nuevas estrategias para destacar entre tanta contaminación visual y sonora. Literalmente, navegamos cada día un mar de palabras, frases, invitaciones, provocaciones. Y, sin embargo, siempre hay algo en las redes sociales que nos vuelve a sorpender.
Cuando un reconocido laboratorio médico nos contrató para generar contenidos para el Programa de Soporte a Pacientes, armamos un espacio de tormenta de ideas. El objetivo era empatizar con padres y sus niños por un lado, y con adolescentes por el otro, para que pudieran sostener los tratamientos. Aclaro que son enfermedades muy raras cuyo tratamiento depende de un altísimo compromiso y continuidad del paciente porque en general son para toda la vida.
Como madre de un niño y dos adolescentes, ¡mi modus operandi es ir a la fuente! Entrar a sus habitaciones, curiosear la biblioteca, preguntarles sobre sus playlists de Spotify, saber a quienes siguen en Instagram. Y ahi se fue abriendo el cielo. Logramos dar con dos campañas de comunicación super creativas en las que hicimos foco en lo visual y musical, generando historias cercanas a ellos, videclips y postales estilo animé donde los protagonistas son chicos y jóvenes.
Incluso los clientes y temáticas más lejanas a nuestro espectro pueden convertirse en una fuente de creatividad e inspiración. Correr los propios límites y animarnos a romper estereotipos de lo "que debería comunicarse desde tal o cual industria o empresas". La poética está en todos lados, solo es cuestión de buscarla.
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