Diciembre y enero son sinónimo de balances, evaluaciones y planificación; logros, temas pendientes y nuevos desafíos. En las empresas y organizaciones también es época de rendir cuentas, de mostrar a los auspiciantes, socios, financiadores y voluntarios, los avances y movimientos dentro del proceso de trabajo. Es así que muchas veces -casi en piloto automático- armamos el anuario como una obligación dentro de nuestra check list del año, más que como una verdadera oportunidad para hacer una pausa, vernos y reconocernos en nuestros aciertos.
Podríamos decir que un anuario es una publicación anual que sirve como registro conmemorativo y documental de los acontecimientos destacados de un año.
No se limita a la presentación de datos duros sino que busca capturar la experiencia y el espíritu de la organización y su gente: incluye fotografías, relatos, anécdotas y mensajes personales que contribuyen a darle un carácter propio y reflejar lo más fielmente posible su propósito.
Porque las organizaciones son las personas que las componen, sus interacciones y logros comunes. A través de la multiplicidad de voces, preservamos momentos, evocamos emociones y recuerdos.
La creación de un Relato Histórico
Al combinar datos importantes (número de participantes, beneficiarios, actividades realizadas, crecimiento de la comunidad, publicaciones editadas, etc.) con relatos de los protagonistas, el anuario cobra vida: se vuelve corpóreo, completo y comprensible. Ayuda a entender el contexto y la importancia de lo sucedido durante el año a una diversidad de actores.
Y si además hay que dar cuenta de la dimensión social, porque se trata de una organización comunitaria o en red, se vuelve esencial la creación de una voz colectiva y esto se logra a través de la recopilación de múltiples contribuciones. Cada actor hará su aporte particular desde el rol en el que está activo, como un caleidoscopio riquísimo que devuelve vivencias del equipo de gestión, de los voluntarios, de los clientes, de los beneficiarios. ¡Y de maneras diversas! ya que un aporte puede llegar en formato de texto escrito, fotografías, anécdotas, mensajes personales, logros individuales y grupales.
En este relato cumple un rol significativo el testimonio ya que, expresado en primera persona, aporta credibilidad y autenticidad
Además de validar las experiencias de colegas o compañeros de tareas quienes se pueden reflejar en situaciones similares. Los testimonios construyen confianza y una retroalimentación positiva para que la comunidad de pertenencia siga creciendo y entusiasmándose. Porque en procesos colaborativos todos aprendemos de todos, nos dejamos inspirar y motivar. Nos alentamos y nos damos energía para perseverar.
Inicia: la potencia de la red
Este año nuevamente tuve la alegría de colaborar en la edición de contenidos del Anuario 2023 de Inicia. Y nos propusimos justamente apostar a una publicación que reflejara la infinidad de aprendizajes individuales y grupales que cada quien hizo en su rol de emprendedor, emprendedora, coach, voluntario, mentor, gestora o colaboradora. Buscamos indagar y generar reflexiones que pudieran transformarse en tips y recomendaciones, recogidas a través de la experiencia.
Sistematizar de forma simple algunos consejos, recorridos y desafíos valiosísimos, a la hora de emprender.
Es así que propuestas como KliHor, Paisana, Valle Andino y Aloe, entre muchísimos emprendimientos, llenaron las páginas con ideas creativas que -con mucho trabajo- se transformaron en iniciativas sustentables.
También tuvimos el aporte de Dina Spampinato, que con su magia transformó a través del visual thinking, el contenido del anuario en una imagen integradora de información, ideas y valores, de forma simple y sensible.
Cada aporte de un anuario construye identidad. Agrega matices, le otorga densidad a la organización.
No es la mirada única que objetiva el trabajo de todo un universo de personas. Más bien, es la mirada múltiple, expansiva, heterogénea y polivocal que nos ayuda a valorar todo lo hecho. Porque es tanto, tanto, que si no fuese por estos esfuerzos de síntesis, de poner todo en “el espacio común, en la plaza pública”, sería imposible valorizarlo.
Te invito a tomarte el tiempo para construir tu próximo anuario, a dedicarle cabeza y corazón, ¡porque es una hermosa oportunidad de maravillarte con todo lo creado, compartido y logrado!
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