A la hora de comunicar historias que buscamos sean memorables, no hay nada más efectivo que el storytelling. Podemos compartir argumentos, y nuestro cerebro lo comprenderá. Ahora bien, cuando compartimos historias, nuestro cerebro nos hará pasar a la acción. Te cuento cómo fue el Taller de Storytelling que brindamos ayer en la Casa de la Escritura del barrio de Almagro.
Junto a un equipo de trabajo edito Cultura en Grande -revista digital realizada con una Mesa Editorial de personas mayores- desde el Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires. Uno de los formatos favoritos de la revista es la entrevista, porque a través de ella, damos voz a reconocidas personalidades del arte y la cultura -hemos entrevistado a Pacho O´Donell, Nacha Guevara, Norman Briski, Reina Reech, entre otros- pero también a decenas de mujeres y hombres que, luego de los 60, se vienen reinventando y apostando a una longevidad positiva. Y en la entrevista, la calidad del relato es clave. Queremos volverlo inolvidable, lograr que quien nos lee viaje a la infancia, repase las anécdotas, los recuerdos, se embeba a través de sus sentidos en los olores, las imágenes, las músicas que nos comparten los entrevistados; se entusiasme junto a ellos con sus nuevos desafíos y proyectos en esta etapa de la vida.
Hace ya 4 años que creamos Cultura en Grande y en este andar, nos damos permanentes espacios de capacitación para mejorar la calidad de cada contenido. El storytelling es una herramienta maravillosa que acompaña este proceso, y quisimos compartirla con el grupo de 30 personas mayores que ayer se acercó a la Casa de la Escritura, hermosísima biblioteca que forma parte de la Red de Bibliotecas pública de la Ciudad. Allí, en el ambiente perfecto, rodeados de libros y muestras fotográficas, nos entregamos al placer de escribir historias. Algunos de los temas que repasamos fueron: cómo decidir qué contar, cómo elegir el recorte de la historia, el género y la estructura narrativa más apropiada, además del tono del relato.
Aprendimos que, desde la neurociencia, se afirma que nuestro cerebro tiene "debilidad neuronal" por las buenas historias, cargadas de emociones, sensaciones, cambios de clima, imágenes pregnantes, flashbacks a la infancia, olores que nos hacen viajar.
El storytelling genera atención proyectiva. No hay manera que, al escuchar una buena historia, no nos pongamos en el lugar del personaje y nos preguntemos "qué hubiéramos hecho nosotros en su lugar". Y si cabe la posibilidad (como pasa con las campañas de Call to Action al estilo Greenpeace o Cáritas) sumarnos a colaborar.
Cada participante partió de una anécdota personal, mil veces relatada a familiares y amigos. Pero ayer le dieron una vuelta de tuerca. La "recordaron" (re-cordare es volver a pasar por el corazón) y la pasaron por los 5 sentidos. A qué olía el lugar, qué colores predominaban, cómo eran las voces de los protagonistas, cuál es la imágen que quedó grabada en la retina... Tomaron muchas decisiones: si contar el final primero, generar suspenso, terminar con una pregunta abierta o un fragmento poético. Muchas decisiones que, pasadas por el cuerpo y puestas en acción, a través de post its que -como rompecabezas- se fueron ordenando, dieron vida a 30 historias memorables.
La primera vez que leí de corrido un título, el día que visité aquel lugar donde mi padre despidió su Italia natal, el nacimiento de mi nieta, la despedida a un soldado de Malvinas, la muerte de una mascota, el primer beso...
"No nos importa lo que digan las leyes de la ciencia humana; le hacemos pito catalán a eso, e igual volamos, de flor en flor extrayendo su polen.
Somos independientes, cosa que no pueden decir los humanos, que se hallan apegados a todos y todo, y no disfrutan de la naturaleza como nosotras.
Nosotras no sabemos si los humanos son inteligentes; lo que si sabemos es que no son independientes". Firmado: las abejitas (autor: Ignacio Ortiz)
"Cuando planeás un viaje vas imaginando qué vas a ver, qué vas a conocer.
Y si el destino es Marruecos, ¡la mente vuela más alto aún!
Mientras recorría sus mercados, me envolvían los aromas de sus especias, montañas de distintos colores ordenadas prolijamente. Mis ojos no daban abasto para abarcar la variedad de alfombras, tapices, fundas con diseños originales y colores brillantes.
Y así fue que me encontré con lo inimaginable.
En una fábrica y teñido de cueros nos recibió un guía, con su dificultoso español me pregunta: “de dónde vienes?”. Además de recibir un ¡Ah Messi! -como es habitual- aquella vez me sorprendió con un ¡Santo Biasati!" (autora: Claudia Fisben)
El storytelling nos regala tips, pautas de escritura, estructuras para narrar. Nos organiza y conecta mente y corazón. Nos invita a narrar con los 5 sentidos, a conectar no solo con el qué (la historia) sino también con el cómo (la forma). Nos propone pensar en el lector, para regalarle una experiencia de lectura que lo invite, también a él, a viajar en el tiempo y el espacio a los mundos entrañables que todos llevamos dentro. Y vos, qué historia te gustaría contar?
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