Es inherente al ser humano hacer balances. No puedo justificarlo científicamente, pero forma parte de nuestra manera de pensar. Cuántos meses del año pasaron, con quiénes me relacioné más, a qué lugares viajé, cuántos chequeos médicos concreté, los kilos que subí y bajé, la lista de pendientes que logré tachar. En fin, infinitos balances, más trascendentes o cotidianos que, en cierta medida, ilustran nuestros niveles de felicidad el 31 de diciembre de cada año.
En lo que respecta a la escritura, no escapa a este tamiz de debes y haberes. De listas verdes, rojas y azules. Me gusta, tal vez por defecto profesional, seguirle el hilo a lo que escribo. ¿A dónde van las palabras, los textos? ¿En qué redes sociales y webs aterrizan? Y mucho más profundo aún. ¿Cada cosa que escribo, qué aprendizajes me deja? ¿Qué nuevas sinapsis se producen en mi cerebro, a partir de notas nuevas que escribí o corregí y, por ende, incorporé?
Doy y recibo. Ideo, conceptualizo, organizo, corrijo. Textos propios y ajenos. Siempre, aprendo.
Y en este balance 2021 me gusta agradecer. A colegas, clientes, emprendedores y amigos, de quienes, escribiendo, aprendí. En un modelo circular infinito que genera siempre, nuevas conexiones.
De Inicia, empresa social con foco en emprendedurismo, recuperé mi pertenencia a redes. Me conecté con muchísimas personas que en los más diversos rubros, apuesta a innovar y a trabajar con la mirada puesta en un colectivo. Corregí manuales cuyo objetivo es seguir formando a los emprendedores en temas de género, mentoría, triple impacto e internacionalización. Descubrí, mientras hacía mi trabajo, cuánto me interesa profundizar en temas de sustentabilidad y apostar por un lenguaje inclusivo.
Junto a Sharan Latam me di el gusto de proponer contenidos relacionados a comunicación para audiencias diversas. Aportando nuevos temas y enfoques a la hora de presentarnos ante un público. Contenidos de storytelling y microlearning que cada día marcan más tendencias, ligado a aprendizajes con impacto emocional y neurociencia.
Ondulé me inspiró. Me zambullí en el mundo del reciclaje creativo y solidario. Aportó nuevos sentidos al concepto de Empresas B y de economía circular ya que cada paso que dan en la empresa refleja esta pregunta: ¿cuánto más podemos reciclar, reutilizar, aportar a una cadena de valor donde todos ganan?
La Patagonia cuenta con empresas como Centro del Copiado, primera empresa B de Bariloche. Que no sólo piensa en seguir creciendo sino que su inercia acompaña a nuevos emprendedores de la región y contagia a más empresas para que asuman una mirada responsable frente al medio ambiente y a la gente.
Martha fue un envión. Una primera asomada personal al mundo de la perspectiva de triple impacto en la industria de la moda. Junto a Martha profundicé el concepto de la huella de carbono y se me abrió un mundo en relación a la reforestación responsable y el efecto invernadero con organizaciones como Seamos Bosques.
A través de Cultura en Grande, revista que edito desde el Gobierno de la Ciudad, crecí en conciencia sobre las formas de envejecer. No sólo por las nuevas teorías y enfoques, sino por la experiencia de co crear con las propias personas mayores, una agenda de temas actualizada y real para modificar culturalmente el imaginario de qué es ser mayor.
Gracias a Arbol Comunidad y Consultores Asociados seguí agrandando mi red de contactos y sumando cabezas creativas y entusiastas a nuevos proyectos.
Azafrán del Mediterráneo qué decir. La inmersión fue completa. No sólo aprendí, escribí, compartí sobre este maravilloso emprendimiento ambiental y socialmente responsable, sino que experimenté personalmente el proceso de sembrado, cosecha y gestión del azafrán, de la red más grande de Argentina.
A todos y todas las personas que están detrás de cada marca, empresa, emprendimiento, institución y red, infinitas gracias.
El escribir es un acto de llevar y traer. Palabras, ideas, conceptos, reflexiones e información.
Y, en este flujo que navego a diario, soy la persona más beneficiada del mundo. Podés ver varias notas sobre estos emprendimientos, en mi web.
Brindo por un feliz 2022 repleto de palabras que emocionen
y traigan nuevos aprendizajes.
Sol Giannetti
