Culminó la primera edición del taller Porvenires. Relatos 50+ que inspiran. Un espacio de storytelling para crear nuevas narrativas sobre esta etapa de la vida que organicé junto a la Comunidad Ahora Nosotras.
Este taller surgió del total convencimiento de que el proceso de transformación de las actuales narrativas edadistas sobre las vejeces comienza por una misma. Cambiar aquello que nos decimos, que sentimos. Ponerle palabras al deseo, a lo que nos mueve en la segunda mitad de la vida.
El imaginario social sobre lo que significa ser mayor, estar envejeciendo, no cambia de la noche a la mañana. Son muchas, muchas pequeñas historias, relatos luminosos, ejemplos de vida cotidiana, que van cambiando las narrativas. Es, como dice el Dr. Ricardo Iacub, la necesidad urgente de construir nuevas identidades narrativas -diferentes a las que hoy proponen los medios de comunicación masivos-. Para que quienes transitamos la segunda mitad de nuestra vida podamos leer, mirar, escuchar y decir: "¡qué bueno! Cuánto aprendido, vivido, cuántos nuevos desafios, nuevas metas. Cuántos deseos puestos en acto".
Desde el storytelling, que es el arte de contar buenas historias, una de las premisas más simples y también más profundas, es la de "cuanto más personal, más universal".
Porque lo que nos conmueve y nos hace pasar a la acción es la posibilidad de empatizar, de proyectarnos en las historias de los demás. Entonces, cuando escuchamos o leemos pequeñas historias de semejantes, podemos comprender. En la parte, está el todo.
Este taller surgió con esa vocación. De compartir pequeños universos de logros. Inspiraciones del día a día, desafíos de esta semana, de este mes, de este año. Historias mínimas, relevantes, valientes...
En esta oportunidad, la convocatoria fue a mujeres, porque me asocié con la Comunidad Ahora Nosotras, que tiene como propósito justamente crear un espacio de pertenencia para nosotras. Algunos de los contenidos que compartimos, mientras iban hilvanándose las ideas y las creaciones de cada una: ¿qué es el relato emocional?, el fundamento desde la neurociencia para comprender por qué funcionan tan bien los relatos y por qué quedan fijados en la memoria de una manera predominante, el relato como herramienta de comunicación, las estructuras narrativas.
En los próximos posteos, estaré compartiendo algunas de las historias de las participantes. Aquí, una pastilllita de las creaciones... de Laura Pribluda:
-¡Dale! ¡Dale! ¡No seas cagona!, me gritaba mi primo Leo cuando intentaba enseñarme los domingos en la Paternal a andar en bicicleta. No aprendí, y nunca más volví a ver a mi primo. Pero, pasaron los años y finalmente me compré una bici. Porque era una asignatura pendiente y no me da orgullo ser miedosa. La técnica es simple:
Elegir una bicicleta adecuada, cuando uno esta sentado los pies deben tocar el suelo. Encontrar un lugar seguro, plano, libre de obstáculos y practicar el equilibrio.
Después, pedalear sin pausa, frenar y detenerse, girar y maniobrar.
Esa es la receta y creo tener todos los ingredientes necesarios.
Pero... en ningún lugar aparece la valentía como requisito. Yo, me animé.
Si vos también sos una mujer 50+,
Si te gusta la idea de poner en palabras las experiencias transformadoras que estás viviendo,
Si querés aprender a contar de manera emocional ese relato único que aporta a construir narrativas positivas sobre ser hoy una persona silver, abrazando la vida y las nuevas oportunidades. Combinando espacios de introspección, reflexión y escritura....
¡Pronto haré una próxima edición del taller!
Vos también podés aportar tu granito de arena, tus palabras, tus imágenes narrativas, para cambiar imaginarios edadistas sobre ser mayor.
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